Viña Concha y Toro impulsa la cepa insignia de Chile en el mundo
En el marco del Día del Carmenere, la bodega promueve las bondades de esta variedad emblemática ultra-premium.
#24 Noviembre - Día del Carmenere
Desde hace 10 años, cada 24 de noviembre se celebra el Día del Carmenere, cepa emblemática de la vitinicultura chilena que se creía extinta. Sin embargo, gracias a las singulares condiciones geo-climáticas del país trasandino, fue posible preservarla hasta la actualidad.
Desde su redescubrimiento hace 30 años atrás, Viña Concha y Toro ha sido un actor clave en la historia y evolución del Carmenere en Chile, contribuyendo notablemente al posicionamiento de esta variedad como la cepa insignia del país. Si bien esta variedad es originaria de la región de Médoc en Burdeos (Francia), fue en Chile donde encontró una identidad única. Y es en el terroir de Peumo, el viñedo más antiguo de la bodega, donde la compañía ha atesorado estas vides durante más de un siglo, convirtiéndose así en custodio de un legado vitivinícola mundial.
Bajo la experta dirección de Marcio Ramírez, enólogo chileno poseedor de un profundo conocimiento en esta cepa, el Carmenere se reveló como el protagonista del vino ícono de la bodega, cuya primera cosecha fue la de 2003. En este contexto, Viña Concha y Toro impulsa, en Argentina, la etiqueta de Carmín de Peumo, un vino que supera los más altos estándares de calidad mundial.
“Ya estábamos trabajando en el Carmenere de Terrunyo, que destacaba por su expresión intensa y profundamente arraigada de la variedad. Sin embargo, cuando probamos las uvas del cuartel 32, inmediatamente notamos que se trataba de un varietal más sutil y delicado, con una finura y elegancia muy distintiva, muy diferente a lo que habíamos visto antes. En ese momento, nació Carmín de Peumo”, comenta Ramírez, figura clave en la historia reciente de Concha y Toro.
Un poco de historia
La revelación del Carmenere en Chile es una de las historias más fascinantes del mundo vitivinícola. Durante más de un siglo, esta variedad estuvo oculta, confundida con Merlot debido a su similar aspecto. Fue en 1994 cuando el ampelógrafo francés Jean-Michel Boursiquot, al analizar las viñas en un campo del valle central de Chile, identificó que lo que se creía Merlot tardío -y que correspondía a los cuarteles 31 y 32 en el viñedo Peumo- era en realidad esta antigua cepa de Burdeos, considerada desaparecida tras la plaga de filoxera en Europa en el siglo XIX.
Este hallazgo revolucionó la industria del vino trasandino, permitiendo que el país no solo reivindicara esta variedad perdida, sino que también se posicionara como el principal productor de Carmenere en el mundo, desarrollando vinos de calidad excepcional que expresan el carácter único de esta cepa.
Viña Concha y Toro no solo reconoció el incipiente valor del Carmenere, sino que se comprometió a llevar esta variedad a su máxima expresión, elevándola a un verdadero tesoro redescubierto y un símbolo del extraordinario potencial vitivinícola chileno.
Distinción y elegancia
Carmín de Peumo, proveniente del viñedo del mismo nombre, ubicado en el valle de Cachapoal, fue el primer Carmenere ícono de Chile y lo distinguen su sofisticación y refinamiento. Lanzado en 2006 (cosecha 2003), consiste en un vino elaborado en base a Carmenere, incorporando además algunos porcentajes de Cabernet Franc y Cabernet Sauvignon en su composición.
Para Ramírez, el terroir de Peumo es la cuna indiscutida del Carmenere en Chile: “Dada la profundidad de sus suelos, libres de piedras y con un suministro constante de agua, permite que la vid crezca y se desarrolle sin estrés, alcanzando los niveles óptimos de madurez. A su vez, su microclima idóneo y equilibrado, sin extremos, es perfecto para una variedad muy delicada a las bajas temperaturas, creando así las condiciones ideales para un desarrollo excepcional.”
En cuanto a los desafíos que presenta la vinificación de esta variedad, el enólogo comenta: "debido a su largo ciclo de maduración, más prolongado que el de otras cepas, se requiere una gestión precisa en el viñedo para alcanzar un equilibrio óptimo. Además, la variedad tiende a desarrollar aromas herbáceos si no se cosecha a tiempo y es sensible a las condiciones climáticas. Por eso, es fundamental entender la variedad, saber leer sus señales y determinar el momento exacto en que es necesario cosechar. En bodega, también es esencial manejar la extracción de taninos para lograr un vino equilibrado y elegante.”
Reconocimientos internacionales
Desde sus orígenes, la calidad del Carmenere de Viña Concha y Toro ha sido premiada internacionalmente. Carmín de Peumo ha sido siete veces reconocido como el Mejor Carmenere del Mundo por The Wine Advocate -cosechas 2019, 2018, 2012, 2011, 2007, 2005 y 2003-, publicación del destacado crítico estadounidense Robert Parker. De igual forma, alcanzó 97 puntos en James Suckling; y 98 puntos en la guía Descorchados, donde además ha sido siete veces galardonado como el Mejor Carmenere de Chile -cosechas 2021, 2018, 2010, 2008, 2007, 2005 y 2003.
“Carmín de Peumo es un claro ejemplo de cómo el Carmenere puede producir vinos de alta gama que no solo compiten, sino que destacan en el escenario global. Su éxito ha contribuido significativamente a elevar el prestigio de Chile como un productor de vinos de clase mundial”, cerró Ramírez.
#Carmenere Carmín de Peumu. Precio sugerido de bodega $130.000